lunes, 23 de marzo de 2009

PRENSA

Domingo 2 de Febrero de 2003 La Nación
TREINTA AÑOS DE HISTORIA

El último texto dramático de Nadie revisa el pasado nacional "El himno (Discorsi sopra l´ultima deca di Tito Cossiga)".

Autor, ambientación, arte y dirección: Claudio Nadie.

Intérpretes: Luis Campos, Cutuli, Antonio Ugo, Malena Figo, Claudio Da Pasano, Alejandra Aristegui, César Bordón, Pía Urribelarrea, Néstor Vacatello, Fernanda Cantarella, Mónica Lairana, Lorena Szekely y Julio Pallero.

Iluminación: Jorge Merzari. Asistente de dirección: Adriana Bello. En el Margarita Xirgu.

Nuestra opinión: bueno
En su último texto dramático, el autor Claudio Nadie se propone repasar los últimos treinta años de la historia argentina, pero no sólo en sus aspectos políticos y sociales, sino que el escritor continuamente va a cruzar diversos acontecimientos con referencias a algunos artífices del mundo cultural porteño, sobre todo que estuvieron o están relacionados -autores, actores, gestores- con el teatro.
"El himno" como textualidad posee, además, otros ingredientes que lo tornan de mayor complejidad. Claudio Nadie retrabaja algunas escenas de obras anteriores ("Malambo para Ricardo III" o "Romeo y Julieta expulsados del paraíso"), utiliza diversos estilos en la estructura de su obra y juega con algunos nombres de la dramaturgia clásica a los que hasta a veces deformará para nombrar a sus personajes.
Durante casi dos horas el espectador asistirá a una experiencia muy particular, que lo mantendrá por momentos muy atento y en los que irá descubriendo ciertos engranajes de un discurso político -con a veces guiños a Bertolt Brecht y Dario Fo - y que tiene mucho de patetismo y buena dosis de sorna, aunque el director casi nunca emite juicio sobre los temas o personajes que aborda (y son muchos y muy diferentes); por el contrario, a modo de juego, prefiere que el público vaya descubriendo a uno y otro y los ubique en su categoría personal. Algunos son muy obvios y otros no: Tito Cossiga, por ejemplo, o Darío, el secretario de Cultura. Los que resultan obvios indudablemente son los que más proponen una reflexión porque sin duda están tomados como paradigmas de una carrera o una función pública.
Sub "El himno" es un material muy coyuntural, tan caótico en su construcción y en su representación, por momentos, como la misma historia argentina actual
Tiene un valor importante, un grupo de teatristas representa su mundo, sus necesidades, sus broncas, sus pasiones, sus ansias y para hacerlo no puede menos que cuestionar a ciertos hombres y mujeres y a ciertos mecanismos del poder (también a los críticos con sus estrellitas) que, queda muy claro, van contra su profesionalismo a la hora de crear.
Hay dos valores fundamentales en este espectáculo, el elenco y el espacio escénico. El primero tiene mucha calidad; indudablemente se ha entregado a ese juego con sumo interés y con muchas ganas de opinar. Y lo logra. Y resulta muy atractivo que sólo objetos se utilicen para la ambientación, en este caso sillas sobre las cuales se ha depositado un par de zapatos. Varios "alguien" siguen esperando un cambio en la Argentina y además están haciendo memoria. Una metáfora común en nuestro teatro político o documento son precisamente los zapatos, objetos que pertenecieron a una persona que ya no puede caminar, avanzar.
Por otro lado, hay algo también emblemático, tres generaciones de actores están arriba del escenario y con las mismas necesidades: ser actores, representar a su comunidad en un marco de mucha convulsión.
Carlos Pacheco
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Clarín miércoles 29/1/2003
TEATRO: CRITICA
Cuando nadie es inocente
Se estrenó El Himno, la obra escrita y dirigida por Claudio Nadie. El mundo del teatro y el destino del país asociados en una amarga metáfora.
Olga Cosentino
Cuando llegó al escenario del teatro Margarita Xirgu, El Himno ya había generado en los corrillos del ambiente una inquietud inusual. La previa presentación del libro anticipaba que la obra de Claudio Nadie se atrevía a aludir con sarcasmo no sólo a políticos (eso no sería ningún atrevimiento) sino a figuras del circuito cultural y teatral al que el mismo Nadie pertenece, como Roberto Cossa, Kive Staiff, Alejandro Tantanian, Rafael Spregelburd, Virginia Innocenti o los críticos de espectáculos. Consecuencia: el hall abarrotado de la noche del estreno se parecía más a las hiperpublicitadas premiéres de las grandes salas de Corrientes entre Esmeralda y el Obelisco que a las habituales en esa salita de San Telmo. Pero más allá de los efectos marketineros del acto de prender el ventilador, El Himno mostró un discurso escénico original, una estructura tal vez demasiado ambiciosa, un texto inteligente que acumula más significados que los que pueden volcarse en el montaje, así como atractivos hallazgos visuales y buenas actuaciones.Como el protagonista de la historia, Luis Campos es Tito Cossiga (la alusión es casi transparente) quien en su tránsito desde la muerte hasta el Infierno que le está destinado va evocando la vida vivida, conducido por el barquero Caronte y Productor, estupendamente encarnado por Cutuli. En esa revisión se van sucediendo voluntaristas proyectos de cambiar el mundo, nobles intentos de rescatarlo a través de la poesía, tratos y contratos con funcionarios de turno, autoindulgencia frente a las propias claudicaciones y actos varios de coraje y de cobardía. En la trama, Antonio Ugo anima a Cámpora, feroz caricatura del político con poder delegado. Y Claudio Da Passano pasa alternativamente por tres personajes pero logra una desopilante composición de un Subsecretario de Cultura fácilmente asociable a una gestión política de no hace mucho tiempo atrás.Obedeciendo a una marcación impecable, Malena Figo juega con meritoria entrega sus distintos roles (estrellita en ascenso, alternadora, musa del autor y encarnación de la República), pero no consigue interiorizar el drama de sus criaturas. Que son una: la Argentina.Si bien abusa de intertextualidades (hay referencias a la mitología griega, a La Divina Comedia, a Ricardo III de Shakespeare), la escritura de Nadie es exuberante y los diálogos combinan ingenio y un humor impiadoso que decanta en amargura.Porque de lo que habla es del país feminizado y del ultraje y vaciamiento de sus símbolos. Con la singularidad de que, en tanto hombre de teatro, asume la parte de responsabilidad que le cabe al sector al que el mismo Nadie pertenece. Por eso, la elección, para el protagonista, de un nombre que evoca al del autor más representativo del teatro argentino es simbólico. Entraña más un homenaje que una irreverencia. Y la obra —en la que también Nadie aparece aludido— es más una confesión de parte que una acusación. El Himno (Discorsi sopra l'ultima deca di Tito Cossiga)
AUTOR Y DIRECTOR: CLAUDIO NADIE
ELENCO: LUIS CAMPOS, CUTULI, ANTONIO UGO, MALENA FIGO, CLAUDIO DA PASSANO, CESAR BORDON, ALEJANDRA ARISTEGUI, PIA URIBELARREA, NESTOR VACATELLO, FERNANDA CANTARELLA, MONICA LAIRANA, LORENA SZEKELY, JULIO PALLERO
TEATRO: MARGARITA XIRGU
Calificación: Muy bueno

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